Los "trulli" de Apulia (Puglia)

Una de las construcciones que más pintorescas que recuerdo, son los trulli, en italiano plural de trullo, construcciones tradicionales únicas del sur de Italia, concretamente la fotografía la tomé en Alberobello (un nombre precioso para ese municipio, ya que la traducción literal sería árbol bello. Los trulli son construcciones tradicionales de piedra que se encuentran principalmente en la región de Apulia, en el sur de Italia. Su forma es inconfundible: pequeñas casas de planta circular o cuadrada, con techos cónicos hechos de lajas de piedra caliza cuidadosamente apiladas sin utilizar mortero, técnica conocida como a secco. Esta forma de construcción no solo es estéticamente llamativa, sino también funcional, ya que permite que el interior se mantenga fresco durante el verano y conserve el calor en invierno. Los muros son muy gruesos, lo que contribuye aún más al aislamiento térmico. En muchos de estos techos se pueden ver símbolos pintados con cal, que van desde signos religiosos hasta emblemas astrológicos o esotéricos, cuyas interpretaciones varían según la tradición local. Aunque existen trulli dispersos por toda la región, la concentración más famosa se encuentra en la ciudad de Alberobello, cuyo casco antiguo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estas viviendas datan del siglo XIV o XV y, según la tradición, se construían sin argamasa para que pudieran ser desmontadas rápidamente en caso de inspecciones fiscales, evitando así el pago de impuestos sobre edificaciones permanentes. Hoy en día, los trulli son una atracción turística de gran importancia; muchos han sido restaurados y convertidos en tiendas, museos o alojamientos rurales, conservando su encanto original y transmitiendo la historia viva de la arquitectura popular del sur de Italia.
Tras todos estos datos que también encontrareis en la Wikipedia, sólo me queda recomendaros que os sentéis a tomar un Aperol Spritz y vayáis a comer en Casa Amatulli, donde os tratarán como de la familia (cabe decir que es realmente difícil comer mal en cualquier rincón de Italia).